Este punto es fundamental para las telecomunicaciones y los sistemas de localización y navegación.

El polo norte magnético es un punto concreto en la superficie de la Tierra que es consecuencia de las fuerzas geológicos que se producen en el interior del planeta, como el hierro fundido del núcleo terrestre. Debido a estos procesos, este punto así como el sur magnético suele moverse por un área concreta.


Sin embargo, se da la circunstancia de que en los últimos años este punto se está desplazando más rápido que nunca. Trasladándose hacia territorio ruso y alejándose de Canadá. De hecho, el equipo de investigadores responsable de Modelo Magnético Mundial (WMM) lo actualizó un año antes de lo previsto debido a la velocidad con la que se mueve.

“Este movimiento ha sido generalmente bastante lento, lo que permite a los científicos realizar un seguimiento de su posición con bastante facilidad. Pero desde el cambio de siglo, esta velocidad ha aumentado”, detalla el Centros Nacional de Información Ambiental de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NCEI-NOAA) en un comunicado.

Un punto clave para la navegación

La velocidad ha obligado a las autoridades a realizar una actualización más rápida de lo esperado ya que el polo norte magnético es un punto muy importante para el funcionamiento de las telecomunicaciones, los sistemas GPS o la navegación aérea.

En concreto, los datos para calcular la localización exacta de este modelo provienen de satélites y cientos de observatorios terrestres recogidos por el British Geological Survey, con el apoyo del Instituto Cooperativo para la Investigación en Ciencias Ambientales (CIRES), NCEI. Gracias a este trabajo, se puede proporcionar una precisión adecuada a las brújulas y sistemas de telecomunicaciones que permiten una adecuada localización y evitan millones de accidentes.

No obstante, las autoridades esperan que la velocidad con la que se mueve este punto vaya disminuyendo en los próximos años ya que según los pronósticos del WMM el polo magnético del norte continuará a la deriva hacia Rusia, aunque a una velocidad lentamente decreciente, hasta aproximadamente 40 km por año. Un ritmo bastante más pausado en comparación con la velocidad promedio de 55 km en los últimos veinte años con la que se ha estado moviendo en desde principios del siglo XXI.

Fuente: NCEI-NOAA