En algunas ciudades francesas se ha aplicado la medida de eliminar las estufas en terrazas de bares y restaurantes. Es el caso de Rennes. ¿Puede ocurrir lo mismo en España?
Es lo que piden algunas organizaciones ecologistas como un medio para luchar contra la contaminación. Los hosteleros ven en esta medida una amenaza para sus negocios, puesto que aseguran clientela cuando azota el frío.
Se pusieron de moda cuando comenzó la legislación antitabaco.
El Ayuntamiento de Rennes (Francia) se convirtió el pasado miércoles, 1 de enero, en la primera ciudad de Francia en prohibir las calefacciones en las terrazas de bares y restaurantes. “Con el desafío ecológico ante nosotros, debemos ser ejemplares en el uso del espacio público”, celebró el vicealcalde Marc Hervé. La decisión, adoptada el mes de junio, cosechó una amplia mayoría y fue asumida incluso por el sindicato de la restauración. ¿Sería extrapolable a España?
Numerosos expertos comparten esta prohibición y juzgan que la medida debería ser asumida por las ciudades españolas para evitar las emisiones que calientan la atmósfera y como ejemplo de actuación en consonancia con la emergencia climático. Sus partidarios también esgrimen que es una solución necesaria para “no seguir deteriorando la calidad del aire de las ciudades”, en palabras de Fernando Prieto, director del Observatorio de la Sostenibilidad.
La prohibición permitiría combatir el tabaquismo... y siempre queda como opción la socorrida manta“Calentar un espacio abierto es, conceptualmente, un despropósito”, explica Jordi Oliver, director ejecutivo de Inèdit Innovació. “A pesar de que esta actividad no tiene una contribución significativa al calentamiento, sí es muy visible. Su prohibición aporta coherencia a las políticas públicas y tiene efectos educativos sobre la ciudadanía”, explica.
El uso de estufas de gas butano puede abaratar un 65% el coste de la energía en relación al de las estufas eléctricas; pero sólo cuatro bombonas de butano funcionando ocho horas al día producen tantas emisiones como las de un coche que recorra 350 kilómetros.
No debería ser normal
“Calentar el aire de la calle no debería ser una acción considerada normal, por más que esa práctica se haya impuesto”, señala el empresario Joan Vila, convencido de que este debate es una oportunidad para divulgar la necesidad de una transición energética.
Vila recuerda que el reglamento de instalaciones térmicas de edificios prohíbe usar energía convencional para generar calor o frío en la climatización de espacios abiertos.
Además, ve indefendible cualquier otra posición: “¿pondríamos aire acondicionado en verano en una superficie sin tener primero el espacio cerrado?”.
“Mi abuelo tenía una frase para decir que apagáramos la luz de día cuando no hiciera falta; decía: ‘Harás un cortocircuito con el sol. Él sí entendía de ahorro ...”, relata.
En su opinión, la polémica sobre las estufas en las terrazas se debería aprovechar para extender el debate sobre el cambio climático y la necesidad de hacer la transición energética, porque hacer la transición es sobre todo un cambio de usos, una adaptación cultural.
Extender la medida
“Seria buena idea extender la prohibición de las calefacciones de las terrazas de algunas ciudades de Francia a las ciudades españolas por varias razones, entre ellas porque la mala calidad del aire afecta a la salud y causa muertes”, señala Fernando Prieto, director del Observatorio de la Sostenibilidad.
Prieto considera que todos los sectores (desde los dueños de los bares hasta los creadores de tendencias y pasando por los gobernantes) deben dar ejemplo de comportamientos responsables desde el punto de vista climático. “La gran responsabilidad del cambio climático y de las emisiones es de las grandes empresas. Pero la situación de emergencia hace que todos deban cambiar sus comportamientos: las empresas, las ciudades, cada uno de nosotros….”..
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11/1/2020, 11:56 Hechicera